2. El sintagma"està per"

La escolástica había decantado al latín los vocablos más significativos, tomados del griego. Además, había enriquecido la temática filosófica con una serie de asuntos nuevos recibidos de la Revelación (por ejemplo, las nociones de inspiración, intuición, creación, espíritu, etc.). Llull acogió todos estos términos y temas, y los traspasó, casi sin modificarlos, a sus escritos catalanes. Si nos limitásemos a constatar el uso de los términos actu, acció, essència, ens, ésser, etc. no adelantaríamos mucho en nuestro análisis. Podríamos limitarnos a una historia de la gramática catalana, comprobando las diferencias de dicción entre el latín y las diferentes lenguas romances.

Por ello, me parecen más importantes los sintagmas y definiciones elaborados por Llull para aclarar el uso de los neologismos, que, como hemos dicho, se toman casi literalmente de la lengua latino-escolástica. En tal sentido, las definiciones del Art amativa son preciosísimas. Por ejemplo; cuando, en su Art amativa, Llull define "possible" como lo que puede ser, sitúa lo "posible" en el orden metafísico y no sólo en el orden lógico.

También son dignos de consideración los proverbios lulianos. Los Proverbis de Ramon fueron escritos para mostrar las naturalezas de las substancias y sus accidentes [29]. Estamos en presencia, por tanto, de temas de altos vuelos metafísicos. Conviene que nos detengamos brevemente en algunos de estos proverbios.

El capítulo décimo de los Proverbis de Ramon está dedicado íntegramente a la "existencia de Dios". En el título del capítulo emplea Llull el término catalán "existència". Sin embargo, desconoce el verbo "existir", al menos en este capítulo, y también ignora el verbo "ser". En su lugar emplea, al referirse a Dios, el verbo catalán "estar", que modernamente indica estabilidad o permanencia en el lugar, habiendo perdido el sentido metafísico que le atribuye Llull [30]. Veamos, a modo de ejemplo, cuatro "proverbios" realmente difíciles de interpretar:

He aquí el primero: "Deus està bo per sa bontat e non per altra" [31], que cabría traducir: "Dios es bueno por sí mismo y no por otro", o quizá más literalmente: "Dios es bueno por su propia bondad y no por otra bondad". Obviamente señala que la bondad divina no es participada, sino que es bondad subsistente, o sea, que Dios es esencialmente bueno. "Estar per" no indica situación transitoria: apunta a una condición esencial.

Pasemos al segundo ejemplo: "Deitat està per divines persones en les quals és sustentada" [32], expresión más compleja, que cabría vertir a las lenguas modernas del modo siguiente: "La divinidad es por las divinas personas, en las cuales subsiste". No pretende Llull hablar de una génesis, como si la esencia divina fuese causada por las personas; sino, por el contrario, afirma que no cabe hablar de la divinidad con independencia de la personas, o, de otro modo, que la divinidad no es participada por las personas divinas, como cada hombre participa de la humanidad. La traducción exacta sería, por tanto: "La esencia divina es las personas divinas"; no hay, pues, distinción (real) entre cada una de las personas divinas y la esencia divina; no hay cuaternidad en Dios, como el Concilio IV Lateranense había definido en 1215, al condenar el De unitate atribuido a Joaquín de Fiore, que afirmaba precisamente tal cuaternidad [33].

Por los dos ejemplos que acabo de recoger, se advierte que la locución catalana "estar" significa, en lengua castellana, "ser". Se observa ya, en los primeros balbuceos de la lengua catalana, la equivalencia entre "estar y "ser". (En la lengua castellana, en cambio, "ser" y "estar" se han mantenido claramente diferenciados hasta el día de hoy). Por el contexto, Llull connota "ser" en sentido participativo. Por ello, al negar el sentido participativo de "estar per" en una primera proposición, cuando afirma que Dios "es por su bondad", niega el sentido participativo en los demás usos de "estar per". Dios, en efecto, no es un género del que participen especies o individuos. Las personas divinas son, pues, individuos pertenecientes a un género o especie.

En la tercera proposición resulta todo mucho más claro: "Està Deus Pare per paternitat e Fill per filiació e Sant Esperit per espiració" [34], cuya traducción sería: "Es Dios Padre por la paternidad, Dios Hijo, por la filiación, Dios Espíritu Santo, por la espiración (pasiva)". Aquí apunta, evidentemente, a las propiedades personales, que constituyen cada de una de las personas. La paternidad constituye al Padre; la filiación, al Hijo; y la espiración (pasiva), al Espíritu Santo. Tomás de Aquino lo había expresado de modo semejante: "Pater [a] paternitate est" [35].

Parece, pues, que la expresión luliana "està per" equivale al latino "est per", "est in" [36] o "est a"; o sea, una construcción en la cual el verbo va acompañado por un predicado preposicional, señalando origen, propiedad o cualidad u otras circunstancias. El verbo "estar" tiene, además, el sentido de "ser", tomado en un contexto verdaderamente metafísico-existencial, no como un puro "encontrarse".

Finalmente, dos últimas muestras: "està Deus per sí matex e no per altre" [37], que se podría traducir: "Dios existe por sí y no por otro".

Y otro proverbio: "Deus està per engenrar e espirar", cuya versión podría ser: "Dios [Hijo] es por generación y [Dios Espiritu Santo] es por espiración". Otra traducción del proverbio, que no presupusiese una elipsis, se apartaría de la tradición católica; por ejemplo, la versión más literal: "Dios es por generación y espiración".