DEL HORROR AL OCIO EN EL ARS LULIANO Y EL PROBLEMA DEL VACÍO EN LA DISCUSIÓN LEIBNIZ-CLARKE PRINCIPIOS TEOLÓGICOS EN LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS

José G. Higuera Rubió

Instituto Brasileiro de Filosofia e Ciência Raimundo Lúlio, Salvador


0. PROEMIO

La biotecnología y en especial sus animados mecenas dicen haber descubierto el ‘lenguaje de Dios’ representado en el genoma. De cualquier forma el ‘texto divino’ carece para nosotros de un sentido integral. Esperamos, optimistas, el avance en la investigación que descifra los familiares términos del lenguaje de la vida. Con ello el conocimiento sobre el desarrollo y las funciones de cualquier criatura estarán disponibles para el hombre.

En este hecho científico encontramos el eco de una antigua relación entre el conocimiento de la naturaleza y el conocimiento de Dios. Cada vez que un saber cambia de forma drástica el panorama del conocimiento la humanidad dice haber ganado algo de las virtudes de Dios. En el caso del descubrimiento del genoma la capacidad para recrear seres vivos más allá del plan natural –eugenía–.

En filosofía este affaire podría empezar con Platón. Cuando propone que los elementos utillizados por el demiurgo para crear el orden del cosmos son los cinco sólidos regulares. Kepler sigue esta idea y su cosmógrafo representa el orden de las órbitas del sistema solar según los sólidos platónicos.

Fue Galileo quién decía leer en la naturaleza los carácteres de la matemática puestos por Dios en ella. Lectura que mejoraría después Newton. La escuela de Chartres y Roger Bacon consideraban a la naturaleza el gran taller del máximo Artífice. El universo por el orden y la variedad de sus hechos fue considerado una noble máquina. Siguiendo a Dios el hombre crea máquinas que le ayudan a superar sus límites.

Estas ideas descansan sobre las atribuciones o virtudes que concebimos de Dios. Cuando el hombre cree rozar alguna de estas atribuciones el conocimiento y la naturaleza parecen revelarse como un libro escrito por Dios al que tenemos, por fin, acceso. La realidad del conocimiento parece depender aquí de la realidad máxima de Dios representada en sus atributos –Poder, Sabiduría, Voluntad, Justicia, Eternidad, Gloria, Bondad, Verdad, Perfección, Grandeza–.

Las páginas de la ciencia escritas por el creador actuan en la eternidad, aunque nos importan más las páginas escritas en nombre de Dios por matemáticos, físicos, biólogos, astrónomos sin dejar de lado a los teólogos. Que versados en el conocimiento universal veían crecer la Gloria de Dios en las experiencias y conclusiones de la ciencia. En esos célebres libelos, impulsados por la inspiración de la providencia, encontramos la presencia de los atributos de Dios. Guiando al conocimiento hacia la participación que las criaturas y los fenómenos tienen en las potestades divinas.

Leibniz y Llull tenían como proyecto construir un modelo de conocimiento general basado en principios fundamentales, los atributos de Dios. El Ars Magna y la Mathesis Universalis subordinan los principios de las ciencias particulares y las causas que operan en el mundo a un conocimento global de la realidad construido por razones primeras.

La discusión entre Llull y los Maestros de artes, en París, llamados ‘averroístas’; la disputa entre Samuel Clarke y Leibniz, aparecen porque aquellos oponentes interpretaban a los atributos divinos de una forma que confundía los primeros principios con la acción de las causas en la naturaleza generando contradicciones en la concepción humana de la divinidad y en el conocimiento de la realidad.

El resultado podría verse en la concepción de una naturaleza imperfecta en sus procesos, insuficiente de razones para ser explicada y lejana de la realidad máxima del Ser primero. Estas limitaciones crean una incompatibilidad entre los atributos divinos y las causas que operan en el mundo, frustrando el proyecto de una ciencia general que estudie lo real.

Las discusiones en torno a la existencia del vacío en el espacio –Leibniz– y el ocio en la naturaleza –Llull– son los casos más prominentes en el siguiente estudio sobre las relaciones entre los atributos de Dios, el orden de la naturaleza y el conocimiento humano.