VOCABULARIO FILOSÓFICO EN LENGUAS ROMANCES - LOS PRIMEROS ESCRITOS CATALANES DE RAMON LLULL

Josep Ignasi Saranyana


1. Ramon Llull en la encrucijada lingüística del siglo XIII

El pensador mallorquín Ramon Llull (Raymundus Lulius para los latinos) nació, como se sabe, en Palma, hacia 1233, y falleció en su isla natal, a comienzos de 1316 [1].

Fue Llull una personalidad enciclopédica, de actividad trepidante, a pesar de sus frecuentes enfermedades y de las persecuciones padecidas. Casado en 1257, tuvo dos hijos. Hacia 1263 decidió cambiar de vida y se transformó, después de una década de intensos estudios (1265-1274), en una especie de misionero laico, aunque estrechamente vinculado a la espiritualidad franciscana. Vendió sus abundantes bienes, dejando asegurado el futuro económico de su familia, y se entregó de lleno a la conversión de los musulmanes, en un itinerario incesante que le llevó varias veces a Túnez, y también a Chipre, Armenia y Sicilia. Recorrió así mismo media Europa, pasando por las más afamadas Universidades de aquella hora (Barcelona, Montpellier, Roma, Bolonia, París y Nápoles). Peregrinó a Santiago de Compostela y asistió al Concilio ecuménico de Vienne (1311-1312).

Su actividad literaria fue también sorprendente. El catálogo completo de sus escritos, ofrecido por los hermanos Carreras Artau, señala 243 títulos auténticos (algunos ocupan varios volúmenes en su edición moderna), doce opúsculos perdidos y cuarenta y cuatro apócrifos y obras atribuidas [2]. Escribió en árabe, que conocía bastante bien, en catalán, que era su lengua materna, y en latín, que dominaba menos que las dos anteriores, pero de forma satisfactoria.

Aquí, con el propósito de estudiar los orígenes de la terminología filosófica catalana, creada expresamente por Llull, vamos a fijarnos sobre todo en tres obras suyas escritas en catalán. La primera, traducida por él mismo de un primitivo original suyo árabe, ahora perdido, titulada Libre de contemplació en Déu, que data de 1272, cuando Ramon Llull tenía unos cuarenta años. Haremos también algunas incursiones en el Art amativa, finalizado en 1290. Nos detendremos así mismo en su colección de proverbios, rotulada Proverbis de Ramon, que es de 1296.

El Libre de la contemplació en Déu es una obra enciclopédica, extensísima y fuertemente mística, estructurada en diversas divisiones de carácter simbólico (por ejemplo, en cinco libros, que se corresponden con las cinco llagas de Cristo). Consta de capítulos filosóficos, científicos y autobiográficos. El autor se basa en su experiencia vital, en la Biblia, en los filósofos griegos y árabes, en la Escolástica y en los Padres de la Iglesia. Ramon pretendía ayudar a la contemplación de Dios y del mundo, cantar las alabanzas al Creador, contribuir a la mayor gloria de Éste y alcanzar las bendiciones divinas [3]. En la edición crítica, realizada a comienzos del siglo XX, el Liber de contemplació ocupa siete volúmenes [4].

Los responsables de la primera edición catalana (nunca antes de 1906 había sido editada en catalán, aunque sí había sido impresa su traducción latina) afirman que: "cualquiera que sea la importancia y el valor científico o doctrinal que el criterio moderno reconozca [a esta obra], habrá que convenir con total unanimidad que el Libre de contemplació es un rico tesoro filológico, un venerable y precioso monumento de la lengua, quizá sin parangón posible entre los monumentos que pueden presentar las demás lenguas románicas, a finales del siglo XIII" [5]. Que haya sido traducida al catalán por el propio Llull, a partir de un primitivo original árabe perdido, es indiscutible, puesto que el autor mismo de la obra lo afirma expresamente [6].

Sobre la autenticidad del texto, tampoco cabe discusión, pues se conserva un manuscrito casi contemporáneo de la primera redacción catalana, que data de 1280 (Biblioteca Ambrosiana de Milán), quizá copiado bajo la dirección del propio Llull. Este texto tan primitivo es el que fue editado por la Comissió Editora Lulliana, tomando también en cuenta otro manuscrito mallorquín del siglo XIV, conservado en el Col.legi de la Sapiència, de Palma. En todo caso, es preciso recordar que Llull llevó a cabo una reedición de su obra, con retoques que la enriquecieron. Es posible, incluso, que la segunda edición del Libre de contemplació haya sido posterior a una traducción latina llevada a cabo por él mismo, que se guarda manuscrita en París. Por ende, la secuencia habría sido: árabe, catalán, latín y catalán (segunda versión) [7].

Acerca de su valor filológico de este libro se ha escrito bastante. Los editores mallorquines la consideran como una verdadera cantera de información sobre los orígenes de la lengua culta catalana y sobre las variantes entre el catalán oriental y el mallorquín. También se han detenido en consideraciones lingüístico-filológicas acerca de la obra luliana, con particular referencia al Libre de contemplació: Carreras Artau [8], Moll [9] y Badia Margarit [10].

Según Antoni Badía y Francesc Moll, el catalán luliano se caracteriza, en cuanto a la lengua, por dos constantes: ante todo, por una curiosa mezcla de latinismo y popularismo, que le inclina a tratar palabras cultas como si fuesen palabras populares; y también por un afán notable de precisión, que le obliga a largos períodos, sumamente bellos y ornamentados con todo género de recursos literarios y gramaticales. Llull fue, además, el primer escritor que ofreció una prosa catalana casi totalmente exenta de "provenzalismos", de modo que la influencia del provenzal, que se observa todavía aquí y allá, carece de relieve en el conjunto de su obra. Esto incluso puede señalarse en la poesía luliana, aunque aquí la presencia del provenzal es más patente. En cuanto al vocabulario, Antoni Badia y Francesc Moll subrayan que Llull creó un sin número de palabras catalanas y de giros lingüísticos, para que esta lengua pudiera desarrollar con soltura un discurso científico riguroso. El mismo fenómeno se observa conteporáneamente en Castilla, en los escritos promovidos por el rey Alfonso X el Sabio [11].

Sobre la inventiva de las palabras, Carreras Artau ha observado que Llull siguió el siguiente procedimiento: Primero determinaba un concepto general, dentro del cual discernía las determinaciones esenciales que integran tal concepto. A continuación expresaba todas las operaciones lógico-metafísicas añadiendo a la raíz común los correspondientes sufijos. A veces, tales sufijos denotan lo que es potencial, lo que es actual y la acción; otras veces, el agente, el sujeto paciente y la acción [12]. Por ejemplo: essència, essencificable, essencificatiu, essencial, essencialitat, essencialment, essenciant, essenciar, essenciat, essenciatiu, essenciejant, essenciejar, essencificable, essencificatiu, etc. [13].

Estando en Montpellier, en 1289 y 1290, y habiendo ya escrito el primero de sus tres artes, el Art inventiva, correspondiente a la primera de las potencias del alma, es decir, a la inteligencia, se propuso preparar el segundo arte, el Art amativa, dedicado a la voluntad. No llegó a redactar el tercer arte, el Art memorativa, relativo a la memoria, a pesar de la importancia que le concedía en su sistema demostrativo.

En el prólogo del Art amativa aparece un párrafo que revela perfectamente las pretensiones lingüísticas de Llull, que, por su interés, voy a reproducir íntegramente:

"Lo que nosotros pretenemos al traducir este [Arte] de amar a la lengua vulgar, es que los hombres que no saben latín puedan tener arte y doctrina con los cuales mover su voluntad a amar con buen amor e, incluso, puedan tener ciencia para conocer la verdad. Y todavía más; lo traducimos al vulgar, para que los hombres que saben latín tengan la doctrina y el modo de pasar las palabras latinas al vulgar, hablando bellamente y usando los vocablos de este arte, pues son muchos los hombres que conocen la ciencia en latín, pero que no saben transportarla al vulgar, por falta de palabras, que ahora podrán tener por este arte" [14].

Se trata, por consiguiente, de una finalidad evangelizadora, como ahora diríamos, o, como otros prefieren, una pretensión pastoral de orden inculturador. Pero, detrás de tales intenciones, se manifiesta indudablemente el amor que Llull sentía por su lengua romance, y el deseo de lograr una terminología apta para la ciencia en lengua vulgar y un embellecimiento de la expresión catalana. En definitiva, deseaba forjar un vehículo lingüístico nuevo, apto para el discurso filosófico y teológico, que rivalizase con la lengua latina empleada por los científicos, no sólo en precisión, sino también en hermosura.

Como colofón de su Art amativa, Llull compuso una "Taula desta Art que es de explanament de vocables per a. b. c. ...", es decir, una tabla alfabética del Art amativa, donde se aclaran las palabras creadas por Llull, verdaderos neologismo derivados del latín, que resultarían incomprensibles para los lectores poco avezados en la lengua latina y poco expertos en temas filosóficos [15].

Fijémonos en las definiciones que ofrece de los términos más metafísicos usados por Llull en el Art amativa, dieciocho años después de terminar su Libre de contemplació:

actu: se entiende de dos maneras: primero como ser, como el ser de la cosa que es; en segundo lugar, es el actuar de la cosa, como entender, hablar, ver, calentar, correr y otras cosas parecidas [16];

acció: es lo propio del que hace en el que padece, como el fuego actúa en el aire al calentarlo, y el señor señorea sobre su vasallo [17];

essència: aquello por lo cual el ser es, como la humanidad es la esencia de lo que es hombre [18];

ens: es toda cosa, y toda cosa es ente [19];

entitat: es la esencia del ente, consistente en su acto [20];

existència: es la propiedad y la naturaleza por la cual la cosa está o es [21];

forma: es lo que da ser a la cosa, del mismo modo que el alma da ser al cuerpo [22];

passió: es lo propio del sufriente por causa del que actúa, como el aire que padece bajo el fuego que lo calienta, y el vasallo, bajo el señor que lo domina [23];

possible: es lo que puede ser [24];

potència: se entiende de dos maneras: potencia es lo que se hace con el objeto (lo capta), como el entendimiento que se posesiona de la verdad, o la vista, del color, o la voluntad del amor; la otra manera de potencia es aquello por lo cual lo que no es puede ser, así como en la mano del hombre vivo pueden aparecer gusanos [25];

quididat: es la esencia de una cosa, como la aureidad es la esencia del oro, y la humanidad lo es del hombre [26];

substància: es lo que es por sí y debajo de accidente, así como hombre o piedra son por sí debajo del accidente color, o cantidad u otros [27];

suppòsit: es aquello que es por sí y que está puesto debajo de otro, del mismo modo que se ha dicho de la substancia [28].