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El contrario de bueno debe ser malo, y eso se puede probar por inducción. El contrario
de la salud es la enfermedad, y el del valor, la cobardía, etc. Sin embargo, el contrario de
un vicio o un mal puede ser un bien o puede ser un mal. Por ejemplo, un defecto es un
mal, y su contrario, el exceso, es también un mal. Mientras que el término medio, que es
contrario de ambos en el mismo grado, es un bien. Hallaremos, con todo, pocas
excepciones de esta clase y, generalmente hablando, es verdad que el contrario de un mal
es un bien.
No se sigue con necesidad que, si existe uno de los contrarios, deba también existir el
otro de ellos. Supongamos que todas las cosas estén sanas. Solo habrá salud, no
enfermedad. O bien supongamos que todas las cosas se vuelven blancas. Existirá solo el
blanco, no el negro.. Además, puesto que Sócrates enfermo es el contrario de Sócrates
bueno, y no pueden existir simultáneamente ambos contrarios en un mismo individuo, si
uno de los contrarios existe, no puede entonces existir el otro. Pues, suponiendo que «él
está bueno» fuera el hecho real, «el está enfermo» no podría ser también un hecho.
Esto resultará. evidente también así. Los sujetos de cualidades contrarias deben tener la
misma especie o género. La saltad y la enfermedad, en efecto, tienen por sujeto el cuerpo
de algunas criaturas vivas, y el color blanco y el color negro un cuerpo que no necesita
ulterior especificación. Y de igual manera; la injusticia y la justicia tienen su fundamento
en las almas de la especie humana.
Necesariamente, dos cualidades contrarias o bien pertenecen a un mismo género, o a
géneros contrarios, cuando ellas mismas no son géneros. El blanco, por ejemplo, y el
negro pertenecerán al mismo género, el color. La justicia, en cambio, y la injusticia
caerán bajo dos géneros contrarios, que llamaremos virtud y vicio. El bien y el mal no
corresponden a ningún género, por ser ellos mismos géneros, con especies subordinadas.
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