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La segunda mitad de esta letra dice que mezclemos en todo a Dios, y podémoslo hacer si
contemplamos en todas las criaturas al que las crió; y no se impedirá el recogimiento si lo
contemplamos debajo de alguna razón que principalmente convenga a la divinidad, que hinche
todas las cosas y les da ser y las conserva.
Ítem, mezclarás en todo a Dios si procuras de le dar parte de todo lo que haces, dándole honra
en tus honras y gozo en tus gozos, y llamándolo que te ayude en tus trabajos, ca para esto se
quedó con nosotros hasta el fin del siglo.
No solamente lo debes traer por compañero, como lo traían los hebreos en el desierto, mas
debes parar mientes que es fin de tus obras y deseos, como el blanco es término do se ordena la
saeta; y así lo traerás contigo como los Magos la estrella y los marineros el norte, así que en
todo alces a Él tu corazón.
Puedes también mezclar a Dios en todas las cosas, si le atribuyes todas las cosas que acaecen
como a principal agente de ellas; así como si te dijesen que fulano se ha sabido valer en algún
negocio que le han encomendado, siendo antes un atado, has tú de responder: En la mayor
necesidad favorece Dios más a los hombres. Si te dicen que alguno tiene buen ingenio, debes tú
responder que Dios nuestro Señor suple muchas veces en el ingenio lo que falta en las fuerzas
corporales. Si te dicen que tal enfermo está mejor, has de responder que provee Dios a los
necesitados. Dícente que a fulano vino un bien que él no esperaba, a lo cual has de responder
que aún Dios no lo tenía olvidado. Dícente que en tal parte mueren, y tú respondes que azota
Dios a sus hijos. Dícente que fulano es muerto, y tú dirás que alzó Dios su destierro. Oyes que
hay paces en los reinos, a lo cual has de decir que es obra de Dios. Cuéntante las gracias de
alguno, a lo cual debes responder que aun en nuestros tiempos hace Dios mercedes a los
hombres. Si por ventura dicen que han oído mal de ti, has de responder que otro día proveerá
Dios quien diga bien. Dícente que fulano te quiere mal, y tú has de responder que aun aquella
enemistad podrá ser causa que Dios te quiera bien, si la sufres en paciencia. A todas las cosas
malas que de otros oyeres has de decir que, si Dios no te tuviese de su mano, no sabes lo que te
harías.
Ninguna cosa hallo yo que tú oyeses que ha acaecido a la cual no pudieses responder con Dios
por una vía o por otra; porque aunque te digan que está judas en el infierno, has de responder
que Dios castiga a unos porque escarmienten otros. No te quiero loar este ejercicio, porque
aunque de él no se te siguiese sino traer a Dios en tu boca, y frecuentar su memoria, y refrenar
la lengua, y dar todas las cosas a cuyas son, y edificar los prójimos; aunque no se siguiesen sino
estas cosas, no puede ser tan loado como Él merece, pues que es raíz de tantos bienes.
Ítem, mezclarás en todo a Dios, recibiendo todas las cosas como de su mano, salvo el pecado,
creyendo que todo lo demás te viene por una especial permisión de Dios; y este crédito te
aprovechará para sufrir todas las cosas con igual corazón, prósperas y adversas; pues todas
vienen de su mano, según dice el Sabio (Eclo 11,5-6): No hay cosa que más quieta nuestro
corazón en medio de los continuos desastres, que decir aquello de Job (Job 1,21): Hecho es así
como plugo a Dios; sea su nombre bendito.
Lo que a nosotros parece venir acaso o por desdicha es por determinación de Dios, que ordena
todas las cosas como quien las hace adrede, lo cual nosotros no alcanzamos, porque ignoramos
el fin a que las ordena; empero, bástenos saber que ninguna se hace sin que la provea su
sabiduría, y de las malas que consiente ha de sacar lo que no pensamos.
Ítem, mezclarás aun en las cosas malas a Dios, si paras mientes cómo Él consiente que vengan
sobre ti, para ver si lo amas y si lo precias más que a los deleites o pecados que te tientan, los
cuales debes vencer con el mismo Dios, ca con el celo de su santo amor debes guardar tu
persona sin alguna mancilla de pecado para sólo Él, que sea bendito por todos los siglos. Amén.
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