CAPÍTULO V. QUE HAS DE MEZCLAR EN TODO A DIOS

La segunda mitad de esta letra dice que mezclemos en todo a Dios, y podémoslo hacer si contemplamos en todas las criaturas al que las crió; y no se impedirá el recogimiento si lo contemplamos debajo de alguna razón que principalmente convenga a la divinidad, que hinche todas las cosas y les da ser y las conserva.

Ítem, mezclarás en todo a Dios si procuras de le dar parte de todo lo que haces, dándole honra en tus honras y gozo en tus gozos, y llamándolo que te ayude en tus trabajos, ca para esto se quedó con nosotros hasta el fin del siglo.

No solamente lo debes traer por compañero, como lo traían los hebreos en el desierto, mas debes parar mientes que es fin de tus obras y deseos, como el blanco es término do se ordena la saeta; y así lo traerás contigo como los Magos la estrella y los marineros el norte, así que en todo alces a Él tu corazón.

Puedes también mezclar a Dios en todas las cosas, si le atribuyes todas las cosas que acaecen como a principal agente de ellas; así como si te dijesen que fulano se ha sabido valer en algún negocio que le han encomendado, siendo antes un atado, has tú de responder: En la mayor necesidad favorece Dios más a los hombres. Si te dicen que alguno tiene buen ingenio, debes tú responder que Dios nuestro Señor suple muchas veces en el ingenio lo que falta en las fuerzas corporales. Si te dicen que tal enfermo está mejor, has de responder que provee Dios a los necesitados. Dícente que a fulano vino un bien que él no esperaba, a lo cual has de responder que aún Dios no lo tenía olvidado. Dícente que en tal parte mueren, y tú respondes que azota Dios a sus hijos. Dícente que fulano es muerto, y tú dirás que alzó Dios su destierro. Oyes que hay paces en los reinos, a lo cual has de decir que es obra de Dios. Cuéntante las gracias de alguno, a lo cual debes responder que aun en nuestros tiempos hace Dios mercedes a los hombres. Si por ventura dicen que han oído mal de ti, has de responder que otro día proveerá Dios quien diga bien. Dícente que fulano te quiere mal, y tú has de responder que aun aquella enemistad podrá ser causa que Dios te quiera bien, si la sufres en paciencia. A todas las cosas malas que de otros oyeres has de decir que, si Dios no te tuviese de su mano, no sabes lo que te harías.

Ninguna cosa hallo yo que tú oyeses que ha acaecido a la cual no pudieses responder con Dios por una vía o por otra; porque aunque te digan que está judas en el infierno, has de responder que Dios castiga a unos porque escarmienten otros. No te quiero loar este ejercicio, porque aunque de él no se te siguiese sino traer a Dios en tu boca, y frecuentar su memoria, y refrenar la lengua, y dar todas las cosas a cuyas son, y edificar los prójimos; aunque no se siguiesen sino estas cosas, no puede ser tan loado como Él merece, pues que es raíz de tantos bienes.

Ítem, mezclarás en todo a Dios, recibiendo todas las cosas como de su mano, salvo el pecado, creyendo que todo lo demás te viene por una especial permisión de Dios; y este crédito te aprovechará para sufrir todas las cosas con igual corazón, prósperas y adversas; pues todas vienen de su mano, según dice el Sabio (Eclo 11,5-6): No hay cosa que más quieta nuestro corazón en medio de los continuos desastres, que decir aquello de Job (Job 1,21): Hecho es así como plugo a Dios; sea su nombre bendito.

Lo que a nosotros parece venir acaso o por desdicha es por determinación de Dios, que ordena todas las cosas como quien las hace adrede, lo cual nosotros no alcanzamos, porque ignoramos el fin a que las ordena; empero, bástenos saber que ninguna se hace sin que la provea su sabiduría, y de las malas que consiente ha de sacar lo que no pensamos.

Ítem, mezclarás aun en las cosas malas a Dios, si paras mientes cómo Él consiente que vengan sobre ti, para ver si lo amas y si lo precias más que a los deleites o pecados que te tientan, los cuales debes vencer con el mismo Dios, ca con el celo de su santo amor debes guardar tu persona sin alguna mancilla de pecado para sólo Él, que sea bendito por todos los siglos. Amén.




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