2. SOBRE LA RECUPERACIÓN DE LA PREGUNTA POR EL SER

Con toda conciencia he subrayado la diversidad de elementos que componen y determinan la difícil situación del momento presente, así como la recíproca y enmarañada imbricación de sus integrantes. Sólo tras ponerlas de manifiesto, podría justificarse el alcance y la complejidad de la alternativa que más adelante propondré.

Y adrede he adoptado, en alguna ocasión, un tono no del todo académico, sino parcialmente divulgativo.

Llega ya la hora de cambiar de registro. De advertir que la nada sencilla personalización a la que aspiro, y que se opone frontalmente al proceso antimetafísico y aniquilador de la modernidad, incluye una vertiente teórica rigurosa, cuyos fundamentos he insinuado per summa capita en las páginas que preceden y en los que a partir de este instante pretendo profundizar.

Dentro ya de esta vertiente, intentaré mostrar en el presente capítulo que apenas existe en la cultura contemporánea establecida un ámbito propio donde la razón filosófica tout court, la metafísica, pueda desarrollarse. Y que, sin instaurar esa esfera, resultaría vano el influjo de la voluntad al que hasta el momento hemos apelado. Añadiendo, sin embargo, que también para la constitución de esos dominios, el papel de la voluntad es determinante…, sin que ello niegue, sino al contrario, la dimensión teórica estricta.




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